Elías y Eliseo


¡Aleluya! Este día comenzamos oficialmente el nivel tres de discipulado (Sacrificio) en VidaNueva. La idea es que Steve y yo desarrollaremos una relación intencional de largo plazo para mentorear personalmente a los miembros de nuestro staff y a un grupo de hombres y mujeres maduros de la congregación; en total son unos 16 pastores y líderes. Ellos a su vez mentorearán a los cerca de 100 participantes de la Escuela Ministerial (Nivel de Siervo) todos líderes de CDV y colaboradores o líderes de ministerios. Estos 100 -a su vez- son los responsables de mentorear al resto de la congregación (Seguidores) en relaciones de Discipulado personal… el trabajo es largo; pero estoy animado por lo que vi esta mañana. El grupo que comenzó esta mañana es precioso… Todos son personas maduras, algunos tienen décadas de ser creyentes, pero todos conservan una frescura admirable en su relación con Dios y en su compromiso con el ministerio. Te confieso que me siento humillado de tener el privilegio de mentorear un grupo así… y estoy expectante de ver lo que Dios puede hacer por medio de ellos.

Aunque todos los allí presentes nos hemos conocido por muchos años, esta mañana tomamos un tiempo largo para conocernos mejor… entender el trasfondo de cada quien y las expectativas de cada uno respecto a este emocionante proceso. Compartí con ellos algunos principios bíblicos sobre la Autoridad Espiritual en 2Reyes 2 (puedes leer la historia acá). Estoy seguro que la conoces… es la narrativa del traspaso de autoridad entre Elías y Eliseo. Esta es una de las historias más fascinantes en la Biblia… pareciera que fue escrita con el propósito único de enfatizar la sucesión espiritual, la verdadera autoridad y la responsabilidad que tenemos de traspasarlas a la siguiente generación.

Esta noche déjame listarte lo que encontramos en este pasaje:

1. Elías tenía una filosofía de reproducción. Este peculiar hombre no sólo era un profeta… sino que era un estratega para el avance del reino. El pasaje en 2Reyes nos deja ver que tenía Escuelas Ministeriales en Betel y Jericó… y que sus discípulos se contaban por decenas (algunos creen que eran varios centenares). ¿Te reproduces intencionalmente en otros?
2. Eliseo (el discípulo) era el más interesado en crecer. El pasaje establece que al menos en tres ocasiones Elías “trató de librarse” de Eliseo… pero este estaba tan enfocado en recibir la autoridad espiritual de su mentor que se rehusó a dejarle y a escuchar a los profetas que le decían que su maestro moriría. ¿Estás interesado en crecer? No creo que se pueda mentorear genuinamente a alguien que no desea crecer…
3. Había un símbolo de autoridad evidente. El manto de Elías está presente en la historia y juega un papel crucial en ella. Es el mismo manto que le echó encima el profeta a Eliseo el día que lo llamó “de detrás de la doceava yunta de bueyes”. Eliseo deseaba ese manto porque anhelaba tener autoridad espiritual… por eso pidió la doble porción del Espíritu de Elías. Este pasaje es curioso… casi nadie entiende que lo que Elías pedía era ser tratado como el primogénito espiritual de Elías (Deuteronomio 21:15-17) ¿Deseas tú tener esa autoridad?
4. La autoridad espiritual no es sinónimo de poder humano. No hay nada en el pasaje que implique posiciones humanas o reconocimiento del poder sobre otros. Eliseo no quería poder… quería autoridad; no deseaba posición, quería influencia; y no iba tras el reconocimiento, sino tras el derecho espiritual. ¡Cuánto necesitamos a los Eliseos hoy en día!
5. La autoridad espiritual es paradójica: es difícil, pero es fácil. Elías le dijo a su discípulo que lo que pedía era “cosa difícil”. Es que, pocas cosas son tan duras como conservar la autoridad espiritual a través de la vida (cualquiera puede tenerla por un período breve). Lo paradójico es que la condición para recibirla era muy sencilla: “Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no.” El único requisito para algo tan difícil era algo sumamente fácil: ver.
6. La autoridad espiritual depende de tu reacción ante la presencia de Dios. Acto seguido, Dios se aparece en un carro de fuego con caballos de fuego… ¡Alto! Piensa en la frase que acabas de leer. Si tu fueras un Israelita 850 años antes de Cristo… cuál sería tu reacción al ver u-n–c-a-r-r-o–d-e–f-u-e-g-o y ¡con caballos de fuego! ¿Yo? Habría muerto de un infarto o al menos salido corriendo… Eliseo no quitó los ojos de Elías… y cumplió la condición para recibir el manto.
7. La autoridad espiritual está en Dios. Cuando Eliseo recibió el manto (y la primogenitura) exclamó la famosa frase ¿Adónde está el Dios de Elías?… él sabía que la autoridad nunca está en un objeto humano… toda la autoridad fluye de Dios… y sin su presencia no tenemos nada. Nada. Absolutamente nada de autoridad. Elías la tuvo. Eliseo también.

Respetando las diferencias: ¿Eres Elías… o te consideras Eliseo? ¿Tienes autoridad espiritual en tu vida? ¿Hay alguna manera de reconocerla por parte de otros? ¿Está contigo el Dios de Elías?
¿O es toda esta historia algo fantasioso de un pasado remoto que no tiene nada que ver contigo en tu vida?

Ninguno de los que estuvimos esta mañana somos ni siquiera dignos de amarrarle las sandalias a estos dos hombres de Dios.
Pero quiero tener el manto.
¿Y tú?

Nos vemos mañana.