La importancia de razonar… (nuevamente en Gálatas)


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He estado con la mente metida en el libro de Gálatas (nuevamente) durante estos últimos días, la razón es -por supuesto- que este fin de semana retomaremos el estudio en VidaNueva. Estamos entrando en una nueva sección del libro, una en la que Pablo establece de manera contundente una serie de argumentos (6 en total) en los que razona el porqué la relación con Dios solamente puede realizarse por medio de la gracia. Mucha doctrina… pero en cada letra de cada palabra hay elementos que nos dicen cómo vivir la vida cristiana en el día a día en el que tú y yo realizamos nuestras existencias.

Esta noche no pretendo entrar en los argumentos de la carta, pero sí quisiera hacer una reflexión sobre la advertencia (eufemismo para «regaño») que Pablo hace a los gálatas. Él literalmente les dice: ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad…?. Lo hago porque creo que el mismo razonamiento podría ser legítimamente dirigido a ti… a mí… a cualquiera de los millones de creyentes que abarrotamos las iglesias cristianas en nuestra amada América Latina.

  1. Toma en cuenta que está dirigida a creyentes. «Gálatas» es en realidad una serie de iglesias diseminadas por la región de Galacia. Iglesias locales como la tuya o la mía (al menos en su versión del siglo I) que se pensaban «de sana doctrina» como esty seguro que se consideran la tuya o la mía.
  2. Si bien eran creyentes, eran insensatos. El término usado acá no tiene que ver con la incapacidad de entender (bajo coeficiente intelectual) sino con la negligencia para usar su inteligencia en el razonamiento de la verdad. El concepto que comunica es un reclamo por su superficialidad intencional en el análisis de lo que estaba a su disposición: la verdad. A Pablo le pareció ridículo que estos seguidores del Rey «se estuvieran muriendo de sed teniendo un manantial a su alcance». Mucho me temo que este es un problema muy común en nuestros días… la mayor parte de creyentes no están interesados en entender «a ciencia cierta» lo que la verdad les revela. Tú y yo corremos el riesgo de ser «brillantes insensatos».
  3. Se dejaron engañar: Alguien los fascinó. Fascinar significa «atraer irresistiblemente con el propósito de engañar, alucinar». Es el «¿dónde quedó la bolita» de la teología. Cuidado: La mala doctrina es fascinante. Las emociones, la presión, la apelación a la carne (y su consabido orgullo) tienen el rutilante atractivo que nos hará caer en el error doctrinal y por ende en las malas decisiones para la vida. El antídoto a la fascinación es precisamente el uso de la razón, el análisis y las conclusiones que se derivan del conocimiento de la verdad. Los gálatas lo tenían y eran responsables de  conocer la verdad y entenderla… tú y yo somos un millón de veces más responsables aún que ellos. Que no te engañen. No te alucines por los falsos maestros. El fin de ellos y de sus seguidores es fatal.

Cuando unes los tres componentes tendrás un panorama demasiado común en nuestros días: Creyentes descuidados en el conocimiento y comprensión de la verdad que son atraídos y engañados por la mala doctrina.
No seas uno de ellos.

Me acuesto pensando en la responsabilidad que tengo-tenemos todos los seguidores del Rey para entender la verdad de Dios. En otras palabras, a Dios no se accede por medio de las emociones, sino por la vía de la verdad. Esto no implica que no tendrás emociones y sensaciones… las hay, ¡y muchas! Pero las emociones del seguidor del Rey se basan en su conocimiento de la verdad y no en las circunstancias de su vida o en el producto de su intuición. Si entiendes lo básico de la verdad de Dios… ¿cómo no emocionarte? De hecho, si no te emociona lo que la Biblia revela no me digas que lo entiendes. Es imposible pensar en Cristo crucificado, el control del Espíritu Santo o el carácter del Padre (el argumento de los primeros 5 versículos) sin emocionarse intensamente.
Me gusta.

Estos próximos domingos prometen ser muy emocionantes… porque conoceremos la verdad más intimamente. Te animo a que -si estás en San Salvador- si no tienes Iglesia nos acompañes en Vida Nueva.
Será un placer conocerte.

 

 

Nos vemos mañana.

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