Sobre hablar Cristianés…


Permíteme que esta noche me refiera a una de las expresiones del cuerpo de Cristo en la tierra -al menos en América Latina- que son más que peculiares. Le he llamado «cristianés» desde hace muchos años al idioma-jerga-dialecto-argot que los cristianos hemos desarrollado a través de las generaciones y que codifican por completo nuestra comunicación identificándonos como «verdaderos cristianos» (y excluyendo así «del círculo» a quienes no lo son). Si tienes muchos años de estar en el camino del Rey estoy seguro que te habrás topado con algunos verdaderos maestros en este idioma y no me extrañaría si tu mismo has llegado a ser «bastante fluido».
Te ilustro.

En muchos círculos cristianos, un creyente «espiritual» se despide diciendo «Dios le bendiga», se refiere a todos los presentes como «hermanos»o «siervos» y utiliza al hablar ráfagas casi indiscriminadas de «bendiciones», «Señor», «aleluyas» y «amenes». No será raro que hable con soltura sobre «la unción», «el poder», y «la gracia» y que al escuchar música expresé opiniones muy formadas sobre «el salmista» de moda, «el varón» a quien Dios está usando o «lo poderoso que está tal alabanza». Por supuesto, como todo idioma, el conocimiento básico de los términos solo es considerado avanzado cuando estos se pronuncian con el acento y entonación correctos (algunas veces r-e-a-l-m-e-n-t-e practicados con cuidado hasta que suenen casi igual que todos los demás practicantes del idioma). Un simple «aleluya» suena mejor si en el momento correcto de un culto se pronuncia «jal-lel-lussshha!» y un conclusivo amén porta aún más conclusión sí se pronuncia con un breve guión entre ambas sílabas: ¡Ahh-mén!
Tú sabes, cosas del idioma.

Antes que pienses que me estoy burlando de quienes así hablan te cuento el porqué de mis pensamientos de esta noche. No tengo nada en contra de quienes genuinamente han llegado a sumergirse en una subcultura lingüística que bien amerita el estudio de algún sociólogo curioso; de hecho, yo mismo me considero lo suficiente conocedor del dialecto como para que no me cueste llevar una conversación con fluidez en Cristianés. Lo que me inquieta es la ingenuidad con la que los mismos creyentes asumen que todos los que son Cristianoparlantes son verdaderos hijos de Dios… y me duele que en algunos círculos aún se considere «no espirituales» a quienes no lo utilizan -al menos- en sus relaciones con otros cristianos. Mis pensamientos se derivan del estudio que enseñé esta semana sobre los opositores de la obra (en Esdras 4) y de su habilidad para disfrazarse como parte del pueblo de Dios. Los enemigos del pueblo de Dios «hablaban» el lenguaje, practicaban los ritos y conocían los términos correctos… pero no conocían a Dios (quizás una de estas noches analice acá contigo el pasaje que nos cuesta toda la historia de estos personajes en 2 Reyes 17). En términos del Siglo XXI diríamos que ellos «parecían del pueblo de Dios, pero no lo eran». A Dios gracias, Zorobabel tuvo la sensatez para decir un rotundo «no nos conviene» unirnos a ustedes y los despachó por la puerta más ancha. ¿Sabes?, la mayor parte de líderes de nuestros días se habrían sentido mal al hacerlo. Es que ahora los creyentes somos ingenuos.
¿Te sucede?

No juzgues un libro por sus tapas. No juzgues la espiritualidad de una persona por su cristianés. Es fácil aprender hablarlo y muy útil para esconder la naturaleza del corazón.
Allí te dejo la inquietud.

A propósito… ¿hablas cristianés?… ¿conoces términos que puedas compartirme?
Quizás podamos imprimir el Nuevo Diccionario Ilustrado Universal del Cristianés.
O quizás, mejor no.

 

Nos vemos mañana.

2 comentarios en “Sobre hablar Cristianés…

  1. Si! Tambien soy fluida en cristianes y me acuso culpable de ser parte de todos quienes creamos una sub-cultura quiza esperando protegernos del «mundo» que locura! A Dios gracias, asi como es Español no es lo unico que nos identifica con nuestra identidad, tampoco solamente el cristianes debería identificarnos como verdaderos hijos de Dios!

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