Esdras 2: La importancia de estar «en la lista»…


Hace años Checho Rivas puso de moda en VidaNueva un dicho que aún suena consistentemente… cuando alguien realiza una tarea ministerial (grande o pequeña) solemos agradecerle y decirle «si no fuera por ti… sería por otro». Gran verdad. Sin embargo, esta noche veo el otro lado de la sabia declaración de Checho… «si yo no me dejo usar, Dios usará a otro».
Y yo quiero dejar que Dios me use.
Me interesa estar «en la lista».

Así es: es de suma importancia estar en la lista; me refiero a «la lista» de los que están dispuestos a darlo todo por servir al Rey. Quizás todo esto te parezca una declaración extraña, pero después de estar horas revisando los nombres de los que «subieron del cautiverio» en Esdras 2 me abruma un principio sencillo que está declarado en dos o tres ocasiones en el capítulo (pero que se repite a lo largo del libro) y que se esconde tras la palabra «estos»:

Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad; (Esdras 2:1)

Y entonces (comenzando por los líderes) viene el aparentemente-larguísimo-e-irrelevante-listado-de-nombres de más de 60 versículos; es el listado de los que Dios usó. Así es… fueron «estos», no fueron «otros». Pienso en como esa misma realidad se repite vez tras vez en todo lo que tiene ver con la expansión del reino y la transformación de vidas… Dios usa a «estos»… podría usar a «otros» pero esos «otros» no están presentes. Por eso, la lista está compuesta por «estos». «Estos» harán el trabajo… «estos» estarán en la lista… «estos» serán usados… «estos» recibirán el galardón.

A lo largo de la vida he visto como poco a poco «la lista» se escribe… he visto nombres que fueron tachados de la lista (regularmente por sí mismos) y otros que a pesar de tener todos los talentos y habilidades no llegaron a ser registrados en la misma porque se distrajeron, porque tuvieron temor o porque encontraron otra lista en la que inscribirse (que no tenía que ver con el reino). Mientras tanto, otros menos talentosos ponían todo su empeño para usar tanto como pudieran los pocos talentos que tenían. Y entonces esos «otros» se convirtieron en los «estos» que Dios usa; los «estos» de la lista.

Si algo similar al libro de Esdras se escribiera hoy y registrara el intento de restaurar la gloria de Dios por medio del ministerio de algunos… ¿estaría tu nombre escrito en la lista?
Bueno, está sucediendo: La lista bien podría ser leída en el Tribunal de Cristo.
Parafraseando a Checho: Si tu nombre no está en la lista, estará el de otro.
Y yo quiero que el mío esté allí.

A la luz de Apocalipsis 22:12 estar en la lista sí importa: He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

Allí te dejo la inquietud.

Nos vemos mañana.

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