Revolución por el Espíritu Santo…


Nota: tenía planeado escribir sobre la bendición que ha sido para mí escribir este blog por 4 años consecutivos (todo comenzó el 25 de Octubre de 2007) y agradecerte a ti que me lees… pero tengo algo más trascendental que decirte.
Me refiero a una revolución espiritual.

Así es. Una Revolución Espiritual… eso fue lo que Dios nos propuso esta noche por boca de Ron Herrod. ¡Que tremendo! La iglesia estaba llena -aunque no tanto como yo lo hubiera deseado- para escuchar lo que el Dr. Herrod  llamó «la segunda verdad más importante en la Biblia para la Iglesia de nuestros días» (la primera verdad es, por supuesto, la salvación por la gracia). Ron dedicó una buena parte de su mensaje a pasar por un sinnúmero de detalles teológicos sobre el Espíritu Santo… es mi experiencia que el 99.99% de predicadores son o aburridos o irrelevantes cuando se trata de dar mucha doctrina sobre lo que se relaciona con el Espíritu (¡y yo soy uno de ellos!) pero la manera ágil de este veteranísimo predicador y la capacidad que el mismo Espíritu le ha dado para «predicar la verdad» y no solamente enseñarla hicieron que la experiencia de escucharle fuera de mucha bendición. Quedó muy claro que las locuras y excentricidades que son tan comunes en las iglesias evangélicas de nuestros días -tan desquiciadas que da hasta vergüenza mencionarlas- están lejos de tener NADA que ver con el Espíritu Santo. Punto.

Los términos que sí aprendimos-recordamos-reaprendimos-redefinimos-entendimos esta noche pueden no haber quedado grabados en la memoria permanente de todos los asistentes… la persona del Espíritu, su participación en la creación, en la vida y ministerio de Jesús, en la realidad de cada pecador, en la batalla espiritual… o su trascendental ministerio en el creyente -lo que incluye la convicción del pecado, la regeneración, el bautismo en el cuerpo de Cristo, el fruto del Espíritu en el carácter de Cristo son lecciones poderosas que deberíamos tratar de recordar siempre. Pero lo que creo que nos resultará difícil de olvidar fue la conclusión de esta noche: la llenura del Espíritu es un comando para cada uno… no es una opción ni una alternativa… sino un mandamiento claro y directo. Ron nos mostró como la llenura del Espíritu cambia nuestra manera de caminar, de hablar y produce una insaciable sed por más cosas de Dios en nuestra vida. La convicción era evidente cuando nos dimos cuenta que no hay llenura del Espíritu a no ser que exista un deseo desesperado por él… a no ser que tratemos con la suciedad en nuestras vidas… ¿Por qué habría Dios de llenar con su Espíritu a los vasos que estén sucios?… ¿experimentas tú la llenura del Espíritu Santo?

¿Qué pasaría si cada persona en la Iglesia fuera continuamente llena del Espíritu? La sola pregunta me pone la piel de gallina. Los resultados serían abrumadores y transformadores en la vida de cada uno de nosotros… el impacto sería demoledor en la lucha por el avance del Reino… el producto sería una verdadera revolución espiritual.
Pero… si todos los demás no obedecen el mandamiento de ser llenos del Espíritu ¿por qué no puedo yo hacerlo? ¿Que te detiene a ti a siquiera intentarlo?

Una cosa está muy clara para mí. La segunda verdad más importante necesita ser urgentemente practicada por cada uno de nosotros.
Mañana, cerraremos la Conferencia Revolución Espiritual. El tema: Cuenta Regresiva al Armagedón.
No te lo pierdas.

 

Nos vemos mañana.

4 comentarios en “Revolución por el Espíritu Santo…

  1. buenas noches, pastor Julio, quería preguntarle si sería posible escuchar estas predicaciones por medio de la página de la iglesia o no sé…

    muchaas gracias, saludos a su querida esposa Patricia

    Dios continúe bendiciéndoles

    Diana Marcela

  2. Pingback: ¡Vive en santidad! « ¿VIDA NORMAL?

  3. Gracias mi querido pastor por tomarse el tiempo para hacer llegar por este medio este blog en lo personal es de mucha bendición que nuestro Señor le siga respaldando para seguir escribiendo y haciendonolos llegar todos los días un fuerte abrazo y felicidades por sus cuatro años .

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